El paludario de los killis fue un proyecto que nació por puro azar pero que alcanza en nuestros días una idea bastante interesante y con un nivel de desarrollo muy elevado. En este post podrás descubrir con todo lujo de detalles como montamos nuestro paludario de killis paso a paso.

Este acuario tiene como origen un evento de paisajismo que tuvo lugar en Sevilla y en el que con la participación regalaban esta pequeña urna de 25L (40x25x25cm). En un primer momento este pequeño acuario solo servía para mantener restos de podas y otras plantas que no usábamos en el acuario principal. Sin embargo, pronto surgió la idea de convertir este acuario en un paludario en el que se vivirían una pareja de killis. Para llevar a cabo esta idea adquirimos tres cristales de mayor tamaño, que sellados con silicona darían a la urna un aspecto totalmente diferente y que nos permitirían crear toda la parte emergida del acuario. 

La idea fundamental de la que parte este proyecto es representar de la forma más minimalista y natural un trozo de selva o de jungla en la que la humedad de la zona inundada mantiene con vigorosidad la pared vertical de musgos y otras plantas epífitas. 

La estructura del acuario está formada por bastantes maderas de vid que colocadas en posición vertical y tapadas por las plantas aportan la base fundamental del proyecto. Es destacable, que generalmente en los acuarios de paisajismo la madera que usamos y todo el diseño que está a la vista debe ser lo más estético posible. Sin embargo, en este caso, toda esa parte no tenía tanta importancia, ya que las plantas serían el elemento principal de la composición y la estructura tenía como principal función servir de soporte para todo el ecosistema. Por lo que, primando la naturalidad y sin demasiada preocupación por el hardscape toda la parte sumergida del acuario crece sin dificultad por las zonas de más luminosidad.

El punto más importante del acuario es el grupo de killis aphanius mento que conviven en este entorno. Un pez desconocido a la vez que resistente, cuyos vivos colores negros y cobaltos lo hacen el mayor protagonista del ecosistema. Precisamente por ello, el aspecto del paludario se adapta a las necesidades de este pez, el cual prefiere aguas duras, con poca corriente y con exuberante vegetación, entre la que cabe destacar a los musgos, por su preferencia como lugar donde poner huevos y facilitar su reproducción. 

Este proyecto surge en un primer momento sin pretensiones de competición, por puro disfrute. A pesar de ello, diferentes concursos de paisajismo brindan la posibilidad de participar con este tipo de proyectos y obtener un ranking dentro de su propia categoría.